El Cerebro Integral es tipo de cerebro capaz de procesar un volumen mucho mayor de información y manejar el trabajo del cuerpo y no servirle. El cerebro del ser humano moderno, desde hace mucho tiempo, permanece en estado pasivo: no sólo no está dotado de la función de pensar, de enfocarse y mantener la tarea, sino que incluso no permanece en observación elemental de los procesos que le rodean.
El cerebro de la gente moderna es un figurante de aquello que supuestamente haya pasado y el impulsor de emociones sobre el tema de aquello que supuestamente pase. En la actualidad, el hombre ha perdido por completo su habilidad de interactuar con su cerebro, simplemente le sirve supuestamente a través de sus pensamientos y supuestamente a través de su consciencia. En realidad, simplemente servimos a reflejos que se fundaron en la corteza cerebral mediante la actitud educativa hacia el cerebro mismo. Hoy en día, la humanidad pasa por una desviación nunca antes vista, en este órgano, provocada por la alteración de todos los ritmos según los que debe vivir, y lo principal, desarrollarse el cerebro.
El cerebro permanece en funciones reducidas de alimentación, donde falta no sólo la construcción correcta de su carga, sino que la alimentación elemental de las células de este órgano. Y, la alteración del trabajo de las neuronas del cerebro en las cuestiones relacionadas con su orientación en dirección dada – para poder considerar un acontecimiento, por lo menos, desde dos puntos vista – convierte la situación simplemente en patética. Hoy en día, la gente se comunica según el principio de la palanca de mano. Tal función, como la consciencia, está más allá del campo del conocimiento. El ser humano no domina el arte de formar pensamiento y, lo que es más depresivo para él en la actualidad, ya es incapaz de comprender qué es, dado que está privado de la experiencia en tal tipo de acción. Hoy en día, la gente habla y reacciona a cosas que no pasan por el proceso de concepción.
Por desgracia, vivimos en mundo del servicio a las ideas y no de su creación. La cantidad de los científicos, escritores, poetas, se redujo hasta el mínimo. Y aquellos que quedan ya no pueden ser conocidos incluso por menor parte de la sociedad. El significado y la función del cerebro se nivelaron hasta designaciones aleatorias, que además son incorrectas. Estudiamos el cerebro y sus funciones tomado de base ya las alteraciones y desviaciones alcanzadas. Es decir, todos los manuales anatómicos son cierto esquema, que no corresponde con la realidad y hasta hoy en día no comprendemos su funcionamiento. A menudo, incluso los expertos se disienten de su evaluación y lo único que nos reúne acerca del tema es que los problemas con el cerebro de la humanidad hoy en día, han alcanzado el nivel de amenaza epidémica.
El ser humano deja de formar sus acciones, simplemente mantiene la excitación cerebral mediante frases que se repiten, eslóganes, o simplemente siguiendo la sintonización de la gente energéticamente más fuerte. Lo más peligroso consiste en que el hombre no comprende y no sabe generar esfuerzo y esto no le permite existir en creación. Sin esfuerzo en el cerebro, la consciencia no puede formarse y sin ésta, tampoco el pensamiento. Es decir, estamos atascados de basura, compuesta de nuestras reacciones a nosotros mismos, a lo que nos rodea y al mismo tiempo usamos forma de definición dotándola de la función de pensamiento, pero no lo es. Y, la comprensión del cerebro en secciones e involucración en el funcionamiento, desde hace mucho tiempo llegó a ser bosque espeso dentro del que se perdieron incluso aquellos que dan definiciones a este órgano.
14 septiembre 2015