Naturaleza de los pensamientos
El pensamiento es una forma de materia que tiene su propia naturaleza. Y cuando hablamos de la conciencia y del cerebro, debemos empezar con el estudio precisamente de la misma, ya que sin esto la mente no funciona y no se produce la excitación de los receptores cerebrales. La mente debe considerarse como un proceso de materialización del pensamiento, como una condición para su pensamiento.
Es decir, necesitamos aprender a hacer crecer los pensamientos, hasta cierto punto, crear una base para los mismos. Pero los pensamientos también son portadores de información de varios niveles, que no sólo tienen características diferentes dentro de nosotros, sino que también están presentes en el espacio. Además, diferentes espacios representan diferentes señales que también podemos definir como pensamientos.
La estructura de los pensamientos
La estructura de los pensamientos se caracteriza por los procesos de su generación. Estos procesos son temporales fijos (posibles de modificar por la transformación del pensamiento) e intemporales fijos. Una persona está bajo la influencia de la formación del pensamiento externa e interna, lo que cambia constantemente la actividad de nuestro cerebro, la mente. Y para comprender esto, es importante comprender el Arte del pensamiento, destacando las siguientes maneras de formación del pensamiento:
Al analizar las formas de los procesos del pensamiento, no sólo podemos prestar total atención a estas formas, sino también crear la forma más importante para nosotros, asociada con el pensamiento.
Por lo tanto, el Arte del pensamiento se puede dividir relativamente en tres niveles:
La vida en Atención es el concepto psicológico más importante para la comunicación con nuestra naturaleza y con el espacio en el que vivimos, pero sobre todo para la comunicación con nuestros pensamientos. La vida en Atención es el factor principal en la vida en Intención, que no sólo conduce a la capacidad de realizar ciertas tareas, sino que, ante todo, facilita la habilidad de plantearlas.
La capacidad de prestar atención a la naturaleza de los pensamientos, fijarse en los mismos y compararlos, cumple con el importante objetivo de desarrollar la Atención. Los juicios, las interpretaciones, las observaciones de los fenómenos naturales están formados por el poder de nuestra atención plena. Normalmente, este poder no nos dota de suficiente conciencia, pero forma un modelo conceptual estable de conexiones con el espacio y sintonización con nuestros pensamientos, que se convierte en el principio básico del funcionamiento del cerebro. Es un determinado nivel o etapa de la superestructura lo que permite unir nuestro “yo”, tanto a la naturaleza del pensamiento como con la sintonía del mismo.
El nivel filosófico representa un proceso que podría llamarse El Cultivo de los Pensamientos. Son aquellos tipos de esfuerzos que son capaces de influir tanto en la naturaleza del cerebro como en los pensamientos. En general, están en relación al nivel de formación o de educación, de la ética y estética del proceso de creación del pensamiento, donde se destaca el arte de operar con el pensamiento (filosofía) y con el habla (retórica).
Este nivel se caracteriza por el arte de dominar la palabra escrita y oral en las condiciones de la idealización de la naturaleza de la mente humana y que, cuando el hexámetro (el tamaño de la poesía antigua) reemplazó a los textos sagrados, influyendo en la creación de un modelo educativo de formación musical, modificó y estructuró a partir de ello, el desarrollo integral de la personalidad armoniosa, simultáneamente con el desarrollo de la inteligencia.
El nivel alquímico representa el proceso de transformación de los circuitos neuronales del cerebro. El cerebro es la unidad absoluta que aclara la naturaleza del Karma, no esotéricamente, sino específicamente. En nuestro cerebro opera un algoritmo para la formación de ciertas conexiones neuronales, y la vida de una persona depende en gran medida de su calidad. Si estas conexiones están dominadas por neuronas estructurales inherentes de naturaleza, entonces estamos hablando de buen Karma, y si se construyen circuitos neuronales débiles y no estructurales o están completamente ausentes, entonces esto es mal Karma.
Todo esto está bajo el concepto de nivel alquímico, o nivel de transformación, cuando aprendemos a apelar con nuestro cerebro, lo que también podríamos decir, a través de la meditación o de esfuerzos psico-energéticos similares.
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